INTRODUCCIÓN
Hoy en día la imagen social de enfermería en México se encuentra estereotipada, por tratarse de una profesión con alto sentido técnico y procedimental, se asume que con la formación básica es suficiente para saciar las exigencias del sector salud y que no requiere de formación universitaria. Aunado a que en sus inicios la formación de enfermería, se basaba en lo que el médico consideraba que las enfermeras requerían saber, a fin de cumplir a cabalidad con las indicaciones que él mismo prescribía, por lo que se consideraban “asistentes del médico”1,2. Actualmente, dicha percepción social no corresponde a la identidad o autopercepción que los profesionales del cuidado tienen para sí mismos y la profesión, hecho que provoca frustración gestada -en muchos casos- desde la formación universitaria, resultando en deserción escolar y deterioro de la imagen social de la misma. Los factores que originan la deserción escolar son de índole económico, académico y personal como la insatisfacción por la elección inadecuada de la profesión3, en México la proporción de licenciados en enfermería que no ejercen su profesión es de 410 por cada 1000, hecho que puede ser el resultado de lo anterior4. También se observa en los aspirantes a enfermeros una tendencia a seleccionar la profesión, estimulados por la garantía de tener trabajo bien remunerado e inmediato, incluso antes del egreso de los estudios, por tradición familiar o como un medio o una plataforma para cambiar a otra profesión del área de salud3. Todas estas situaciones en conjunto son reflejo de que el estudiante ingresa a la institución educativa con una imagen errónea y de poca valoración que en muchos casos culmina en el abandono de los estudios o crea profesionales faltos de compromiso con la sociedad y con ellos mismos4.
Aprehender la identidad profesional en enfermería, implica transitar por una serie de acontecimientos conjugados a lo largo del tiempo, para finalmente establecerse cuando la vida académica o de estudiante ha concluido. Aunado al haber vivido una serie de situaciones personales o del contexto social de forma combinada que propicien el desarrollo de habilidades técnicas y de juicio crítico que se van sumando en la cotidianeidad del cuidado directo, todo gestado en las instituciones generadoras de conocimiento y en el sector salud. Se trata de un proceso que se expresa en términos de identificación y diferenciación que a su vez facilita desde la elección de la profesión que en un futuro tenga posibilidades exitosas hasta que la profesión elegida coincida con lo que el estudiante anhela llegar a ser, en función de las metas profesionales que desee o alcance5.
Aunado a esto se sabe que a lo largo de la vida se da el descubrimiento de muchas habilidades técnicas y sociales que en conjunto con la vocación definen los pasos o fases por las que atraviesan los estudiantes para auto-identificarse o empoderarse como profesional en enfermería, dadas las experiencias que adquiere en su evolución vital, que más tarde desemboca en las expectativas de profesionalización y especialización de posgrado6,7.
Bajo estos argumentos, la aprehensión de la identidad profesional en estudiantes de enfermería, parece ser un fenómeno de estudio que no puede describirse desde el punto de vista cuantitativo y requiere de un análisis inductivo para poder comprender este fenómeno a profundidad. La revisión de literatura realizada para este estudio, no identificó estudios de identidad profesional que la describan o expliquen como el resultado de un proceso que se adopta o adquiere a través del tiempo, una vez concluidos los estudios y al inicio de la vida profesional. Por lo anterior, el presente estudio tiene como objetivo describir el proceso que viven los estudiantes de enfermería para aprehender la identidad profesional.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio es de corte cualitativo basado en teoría fundamentada, los participantes fueron seis estudiantes de Licenciatura de Enfermería (E1 - E6) inscritos en octavo semestre quienes previamente habían realizado prácticas hospitalarias. El reclutamiento de los participantes se realizó de enero a mayo del año 2017, se empleó la técnica de bola de nieve, dado que al primer participante se le pidió referir a algún otro con el que al menos una vez haya hablado de lo identificado que se sentía con la profesión de enfermería, posteriormente se le reclutó, considerándose como el segundo participante y éste a su vez nos refirió al siguiente hasta entrevistar a todos los participantes. Las entrevistas fueron cara a cara, dos en un área aislada de una unidad hospitalaria y cuatro se entrevistaron en el salón de clases de la universidad libres de distractores e interrupciones. Se realizaron seis entrevistas semi-estructuradas apoyados de las interrogantes: Háblanos sobre tu experiencia como estudiante de enfermería, coméntanos qué pensabas respecto a ser enfermera antes de entrar a la universidad y que piensas ahora, ¿Qué piensas de la identidad profesional?, ¿Qué experiencias te han influido para formar tu identidad profesional? Las entrevistas fueron audio-grabadas durante seis horas, trascritas en 34 cuartillas y analizadas mediante el método inductivo propuesto por Charmaz8, también se utilizó el método de comparación constante de acuerdo con Corbin & Strauss9,10. Las entrevistas fueron trascritas por un asistente de oficina quién empleó símbolos de transcripción11, posteriormente se analizaron con el apoyo de la escritura de memos, una vez hecho esto se continuó con otra entrevista -sometida al mismo análisis- y se adicionó la comparación constante, esta estrategia se repitió con las seis entrevistas. El tiempo transcurrido entre una entrevista y otra fue de veinte días aproximadamente. Los códigos visualizando, eligiendo, estudiando y experimentando, fueron los que permitieron determinar la saturación teórica, debido a que se repitieron con los seis participantes. En la Figura 1, se muestran las fases de codificación inicial, focalizada y teórica a la que se sometieron los datos.
Nota: Representación gráfica elaborada por los autores para esquematizar el análisis de datos aquí descrito.
MCC = Método de comparación constante de acuerdo con Corbin y Strauss (1987, 1990).
Los seis participantes aceptaron firmar el consentimiento informado, mismo acató a cabalidad lo dispuesto por la Ley General de Salud en Materia de Investigación12. El estudio fue sometido a aprobación del Comité de Ética e Investigación de la Facultad de Enfermería obteniendo el número de registro P-2015-109-CIP.
RESULTADOS
Los estudiantes refirieron vivir con sus padres (E1, E2, E3 y E5), a excepción de uno que es originario de otro estado (E4) y otro que refiere vivir solo (E6), tres fueron mujeres de entre 22 y 24 años (E1, E2 y E4), cuatro fueron solteros (E1, E4, E5 y E6), dos viven con pareja (E2 y E3) y solo uno trabaja cuidando pacientes (E1).
En la Figura 1, se observa el análisis de las entrevistas a profundidad. Se realizaron 3 fases de codificación: inicial, focalizada y teórica, donde se obtuvieron; 96 códigos iniciales, 4 códigos focales, 12 códigos in vivo, 4 códigos axiales, 2 códigos teóricos y 1 categoría teórica.
La primera y segunda fase de codificación se esquematiza en la Figura 1; la Cuadro 1 muestra la tercera fase de análisis que dio origen a la única categoría obtenida que se denominó Identidad profesional. Ésta categoría de mayor abstracción teórica, emergió de la superposición de los códigos focales, axiales y teóricos, además de la comparación y contrastación constante (MCC) entre ellos, durante las fases previas de análisis; finalmente la Cuadro 1, presenta algunos códigos in vivo que ejemplifican lo anterior.
Codificación Teórica | Método de Comparación Constante (MMC) | Código in vivo | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Código axial | Código teórico | Categoría | Condición | Acción o interacción | Consecuencia | |
Proyección del estudiante | Imagen: formada a través de percepciones consientes e inconscientes de las experiencias de la vida | I D E N T I D A D P R O F E S I O N A L | E2. Desde pequeña vivó la enfermedad de su padre | Siempre que iban al médico observaba que quien atendía a su padre era una Enfermera | Intentaba ayudar a cuidar a su padre, tal como lo veía con las enfermeras | E1b. “…siempre me fijaba en lo que hacían las enfermeras, quiero ser enfermera…” |
Elección de una profesión | E4. Tener familiares enfermeros los incito a verse como ellos | Su madre y hermano siempre hablaban sobre situaciones en el trabajo y eso le daba curiosidad | Estudiar enfermería para descifrar a que se referían sus familiares | E4a.” …quiero ser enfermera para atender a mi mamá…” E4b. “…Debes tener convicción…” | ||
Preparación académica | Cuidado: base de la disciplina que otorga la autonomía profesional y fortalece el conocimiento social | E1. Desde pequeña tuvo problemas de salud | Desarrollo mucha empatía con las enfermeras que la cuidaban | Ella pensaba que curar era divertido, ayudar y servir a los demás | E1a. “…yo dije quiero ser enfermera…” E1b. “…quiero ser como ella, porque me gusto como me atendió...” | |
Práctica de conocimiento | E5. Proporcionar cuidado a un paciente significa atender sus necesidades, y tienes que saber hacerlo | Tuvo un paciente con una escara en segundo grado y logró ayudar a sanar la herida | Para ella es reconfortante ver la evolución de sus pacientes gracias a sus cuidados | E5a. “…enfermería todo lo que tiene que hacer profesionalmente…” E5d. “… debes de tener conocimiento, si no, no eres enfermera…” | ||
E6. Estudiar enfermería genera cierta responsabilidad en sus familiares | Siempre la toman en cuenta para decidir ya que piensas que ella tiene la experiencia y sabrá hacer lo correcto | A veces genera estrés, aún no tiene la experiencia para dirigir o hacerse responsable de situaciones que no lo corresponden | E6a. “…en la familia tienes responsabilidades…” E6d. “…me pasa que hago las cosas y no siento, estas a lo que estas porque ellos dependen de ti…” |
Nota: Los códigos in vivo que se muestran en el cuadro son aquellos que mejor representan la codificación teórica (a, b, c, d…); todos los códigos se archivaron con letras minúsculas secuenciales.
La categoría que emergió del análisis teórico de los datos fue “identidad profesional”, misma que se define como el proceso que se desarrolla a través de la proyección de conocimientos, actitudes y principalmente vivencias familiares, personales y de docentes, que influyen en su desarrollo académico. Es relevante mencionar que para que el estudiante aprehenda -en un sentido de sujeción o adopción- su propia identidad profesional como enfermero(a), requiere de vivir un proceso que progresivamente se eleva de abstracción conforme trascurren los estudios universitarios y adquiere experiencias de cuidado a la salud propia o el que brinda a otros.
El proceso inicia con (a) la visualización o proyección que el estudiante tiene de sí mismo, dada a través de experiencias significativas propias o de personas allegadas a él, que lo incitan a dirigirse a la disciplina de enfermería; el proceso continua con la (b) elección de la profesión, influenciada por vivencias específicas con el personal de enfermería o por experiencias familiares enfocadas en el cuidado, así mismo se da la preparación académica, donde el estudiante adquiere los conocimientos, habilidades y características propias de la carrera de enfermería, en la cual los docentes serán la guía principal, dado que fungen como la imagen y el modelo a seguir para su vida laboral lo que permite que el proceso culmine operacionalizando dichos conocimientos teóricos en (c) acciones prácticas de cuidado que el estudiante de enfermería adquirió durante su formación académica, llevándolo al adquisición de nuevas experiencias; con ello, se construye y reconstruye la concepción que tiene el novato sobre la profesión de enfermería, el hecho de asirse del conocimiento, de la actitud empoderada y orgullo de ser enfermero, es lo que llamamos aprehensión de identidad profesional en enfermería. La esquematización de dicho proceso puede observarse en la Figura 2.
DISCUSIÓN
Los resultados del presente estudio brindan elementos para distinguir como la profesión de enfermería es poseedora de representaciones que permiten al estudiante describirse, distinguirse y comparase así mismo través de una subjetiva escala entre la buena y mala práctica de cuidado, dónde los conocimientos teóricos van a la par; cuanto más conocimiento y práctica se obtenga, mejor será el cuidado que brinde como profesional de enfermería, afirmaciones coincidentes con lo reportado por Galaz13. Además, las vivencias en los servicios de salud y en los ensayos de práctica profesional en laboratorios de simulación clínica, se muestran imprescindibles para nutrir la idea de que es real y objetivamente un profesional de enfermería y lo aprendido en las aulas puede diferir de la realidad cotidiana de la práctica enfermera, resultados congruentes con el estudio brasileño de Oliveira14, además de lo reportado por Piedrahita-Sandoval y Rosero-Prado15.
Así mismo se identificó que para los estudiantes universitarios buscar autonomía profesional contribuye al desarrollo de la práctica basada en juicios críticos y reflexivos, eleva la seguridad y autoconocimiento de las capacidades de ejecutar el cuidado y fortalece el reconocimiento social tanto de la disciplina como de ellos mismos como individuos. Dicha autonomía se adquiere en diversos escenarios como en los hospitales cuando el estudiante gana la confianza de la enfermera responsable del cuidado directo de los pacientes y le permite que realice algunos procedimientos por sí solo, o bien cuando en el contexto familiar y/o social solicitan su opinión a fin de que una tercera persona tome alguna decisión sobre su cuidado o tratamiento, datos similares fueron reportados por González-Moya16, y por Guerrero-Núñez y Cid-Henríquez17.
La identidad profesional en enfermería se desarrolla a través de la proyección o manifestación de conocimientos, actitudes, aptitudes y principalmente experiencias de forma natural o espontánea, sin que el estudiante requiera de manifestarlos verbalmente. Estas se adquieren a partir de sus vivencias personales, familiares y de docentes quienes contribuyen de manera directa e indirecta a la conformación de dicha identidad ya que se distinguen como profesionales activos y congruentes con la disciplina de enfermería. Es relevante mencionar que los estudiantes no refirieron tener un deseo nato de ser enfermeros, sino que al trascurrir el tiempo de los estudios, aunando a las experiencias, logros, fracasos, conflictos, situaciones embarazosas y éxitos; la identidad se va desarrollando y se fortalece cuando coincidentemente se entrelaza a los propios valores, actitudes y creencias innatas que los estudiantes tienen, estos elementos son coincidentes con lo reportado por Neishabour, Ahamaid y Kazemnejad, por Correa, además de Troncoso, Garay y Sanhueza, y por Cárdenas-Becerril18-21.
El proceso continuo de evolución en las diversas etapas del ciclo vital humano es determinante para la manifestación de la identidad profesional. Estas etapas transicionales de vida conducen a los estudiantes al establecimiento de un compromiso con la realidad social y familiar que influye en la concepción que tienen de sí mismos y permite verse como un actor importante cuando realice los actos de cuidado como enfermero profesional futuro, hechos que beneficien a las personas y grupos lo que es coincidente con lo publicado por Donald Súper, en su teoría de “desarrollo vocacional” y por Valderrama, Peña y Clavijo22,23.
Teniendo en cuenta lo anterior, los estudiantes de enfermería logran obtener una mejor identidad enfermera cuando el afecto que tienen por la profesión es remunerado, ya sea en el aspecto social, familiar o económico, a pesar que esto implique adquirir mayor responsabilidad, o desgaste físico, dado que los estudiantes mencionaron que estudiar y prestar un servicio profesional es cansado y estresante pero, al mismo tiempo es satisfactorio pues ponen en práctica los conocimientos que llevan adquiridos hasta ese momento, elementos que anulan la deserción de los estudios universitarios y estimulan para continuar con estudios de posgrado; datos que concuerdan con lo descrito por Worthington, Salamonson, Weaver, & Cleary24,en Australia.
La actitud afectiva y motivada de los docentes en enfermería es fundamental para la aprehensión de la identidad profesional, pues si éstos tienen una imagen congruente de cuidador profesional de enfermería, serán sus enseñanzas tanto teóricas como operativas, ejemplos a seguir por los estudiantes. Quienes imparten el currículo son el primer contacto con las experiencias de cuidado disciplinar, llevando a los estudiantes a replicar lo observado en los actos que el profesor realiza para una correcta aplicación del conocimiento teórico en la práctica directa del cuidado, hechos que concordantes con reportes publicados en Suecia por Carlson, Philhammar & Wann25, y por Vera, Cornejo, Rivas, Calizaya, Zamora y García26, lo que nos permite reflexionar sobre el comportamiento de éste fenómeno en contextos diversos y a nivel mundial.
Analizar los factores que contribuyen a la formación de la identidad profesional del enfermero o enfermera, permitió determinar que el conocimiento teórico y la práctica continua del cuidado, fomentan la autonomía profesional, las experiencias de vida tanto personales como de docentes, el percibir como bien remunerado el ejercicio de la profesión y reflejar ser enfermero profesional dan la pauta para sentirse orgulloso de pertenecer al gremio de profesionales en cuidado humano.
El estudio se limitó a entrevistar a estudiantes de una universidad gubernamental, por lo que puede existir sobrerrepresentación del grupo de participantes, si bien se realizó validación de los datos obtenidos por los mismos participantes; sin embargo, solo un investigador externo y experto en educación y evolución de las profesiones, validó los resultados.
CONCLUSIONES
En este estudio se describe el proceso que viven los estudiantes de enfermería para aprehender la identidad profesional, éste proceso conjuga el conocimiento teórico, la práctica continua del cuidado, la autonomía, las experiencias de vida tanto personales como de docentes, el percibir como bien remunerado el ejercicio de la profesión, para adquirir o aprehender la identidad de ser y sentirse enfermero profesional y orgulloso de pertenecer al gremio de profesionales en cuidado humano.
Es preciso mencionar que, durante la aprehensión del proceso de identidad profesional los estudiantes se ven involucrados en el descubrimiento de la vocación, tomando en cuenta que para enfermería esto se da al final de su formación, contrario a otras disciplinas pues en muchos casos desde la infancia el niño tiene determinado con precisión el ejercicio operativo de algunas profesiones como de arquitecto-construcción, mecánico-autos o médico-curación, lo que no sucede con enfermería pues el cuidado de la salud humana se aprende y se adquiere progresivamente, pues se trata de un concepto sumamente subjetivo y la sociedad puede confundirlo con la ejecución de técnicas y procedimientos, que si bien son parte del cuidado no implican el cuidado per se.
Tomando en cuenta que en el sistema de salud gubernamental mexicano se encuentra en una fase de transición respecto a la universalización de los servicios de salud, podríamos afirmar que el fortalecimiento de la práctica del cuidado directo basado en conocimientos teórico-investigativos aún es primitivo, a pesar de que se están haciendo esfuerzos para la mejora de la atención con la implementación -por mencionar alguno- de las guías de práctica clínica. Es importante considerar que ésta arena social se alberga el mayor porcentaje de enfermeros en ejercicio y es el lugar principal dónde los estudiantes adquieren conocimientos y fortalecen su identidad profesional.
Vale la pena recomendar que se realicen estudios con enfoque inductivo dónde se exploren a profundidad las etapas del proceso aquí descrito para con ello precisar los momentos y escenarios en los que se pueden emplear estrategias para el fortalecimiento de la identidad profesional.
Las instituciones educativas tienen un papel preponderante para la adquisición del conocimiento teórico y práctica del cuidado -ya sea en escenarios reales o simulados-, en este sentido habrá que acrecentar los esfuerzos que ya realizan muchas instituciones, como por ejemplo la implementación de modelos educativos basados en constructivismo sociocultural y enfoque de competencias que facilitan la autonomía del estudiante y procuran fomentar la reflexión y crítica para emitir juicios razonados en función a elegir los mejores cuidados que se pueden realizar a los usuarios de los servicios de salud.
Los docentes por su parte están haciendo esfuerzos por operar dichos modelos educativos innovadores; sin embargo, deben acrecentar su conocimiento personal para buscar los elementos necesarios que fortalezcan la congruencia entre lo que se enseña, lo que se aprende y lo que se vive en la realidad cotidiana, dentro y fuera de las aulas; incrementar las prácticas del cuidado directo en escenarios reales y con el uso de las tecnologías y contenidos temáticos actualizados, es crucial para que dichos esfuerzos se operen y finalmente lleguen a verterse en beneficios para quienes son objeto de cuidado.
Las universidades tendrán que tomar en cuenta que de acuerdo a las tendencias de universalización del sector salud y la privatización o subrogación de muchos servicios de salud, los profesionales en enfermería egresados deberán ajustarse a dichas tendencias. Acrecentar la autonomía y el trabajo bien remunerado es otra estrategia que debe enseñarse desde las aulas con el diseño e implementación de proyectos emprendedores y el ejercicio libre de la profesión, elementos que fomenten la mejor práctica del cuidado, con sentido ético y responsabilidad social. Es una realidad cercana que el sector gubernamental de salud sea insuficiente para cubrir las necesidades de la población tanto en cuidado de la salud como en absorción de personal profesional de enfermería.
Incrementar la autonomía desde las aulas implica robustecer la autoestima del estudiante mediante el currículum oculto, fomentar buenas actitudes y el respeto por los pares, por el medio ambiente, por la diversidad de los grupos sociales y sobre todo por quién recibe nuestros cuidados, así la imagen social de la profesión mejorará también; con esto los estudiantes tendrán elementos para proyectarse como enfermeros altamente profesionales, comprometidos con la salud y bien remunerados anímica, social y económicamente.
Otra sugerencia es que se estudie el proceso de aprehensión de identidad profesional de enfermería desde el inicio de la carrera universitaria, con esto se asegura la retención de aquellos estudiantes que tengan las habilidades, actitudes necesarias así como el compromiso personal y profesional para integrarse al sensible grupo de los profesionales de enfermería tomando en cuenta su historia de vida y las experiencias previas que tengan o vallan adquiriendo en el trascurso de la formación universitaria, con ello identificar las áreas de oportunidad para intervenir en la mejora y potenciación de dichas experiencias significativas, que apoyen a dirigir los programas universitarios e institucionales congruentes con las necesidades de los cuidadores profesionales y de la sociedad.