Introducción
El Voice Handicap Index (VHI) [1] es un instrumento de autorreporte diseñado para evaluar el impacto psicosocial de la disfonía en adultos con alteraciones vocales de variada etiología. El índice consta de 30 ítems divididos a priori por los autores en tres dominios o subescalas (funcional, físico y emocional). Cada ítem debe ser respondido mediante una escala de frecuencia de Likert de 0 (nunca) a 4 (siempre). Un puntaje más alto implica un mayor hándicap o grado de impacto psicosocial relacionado con la disfonía.
Desde su desarrollo, VHI ha sido adaptado y validado en varios idiomas [2-29], lo que lo convierte en uno de los instrumentos de autorreporte relacionados con la voz más ampliamente utilizados a nivel mundial. Algunos autores lo consideran el gold standard [30].
En el año 2004 se desarrolló una versión abreviada del VHI, denominada VHI-10, conformada por solo diez de los ítems del instrumento original [31]. Su creación involucró un análisis estadístico minucioso y la participación de un comité de expertos. La versión abreviada demostró conservar la robustez del instrumento original en términos de fiabilidad y validez y se ha establecido como una representación poderosa del VHI original. Durante su desarrollo, los autores evaluaron la pertinencia de los dominios establecidos a priori por Jacobson et al. [1], hallando que los mismos no eran factores independientes del impacto vocal, sino que el VHI-30 medía un solo factor.
El VHI-10 también fue adaptado y validado a diferentes idiomas [6,7,9,32-44].
Los instrumentos de autorreporte, o patient-reported outcome measures (PROMs), son escalas utilizadas en el ámbito de la salud y diseñadas para capturar la experiencia subjetiva del paciente. Estos instrumentos tienen diversas aplicaciones en el ámbito clínico. Pueden utilizarse como herramientas de detección de condiciones específicas o para evaluar el impacto de dichas condiciones en la calidad de vida o bienestar del paciente. También son útiles para evaluar el funcionamiento en la vida diaria, realizar un seguimiento y valoración de tratamientos, mejorar la participación del paciente y facilitar la comunicación entre el profesional de la salud y el paciente [45] .
La utilidad de los PROMs se extiende al ámbito de la vocología, brindando valiosa información que permite tener una comprensión más profunda de la subjetividad de los pacientes disfónicos y cómo conviven con su condición. Este aspecto constituye un pilar fundamental del proceso de evaluación multidimensional de la voz, según lo propuesto por la Sociedad Europea de Laringología (ELS) [46] y lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La información proporcionada por estos instrumentos complementa los datos obtenidos mediante la evaluación clínica realizada por profesionales especializados, con medidas instrumentales y no instrumentales para valorar la función vocal [46-48]. Así mismo, los instrumentos contribuyen al proceso de atención en los ámbitos de la salud, colaborando en el establecimiento de un diagnóstico preciso, en la valoración pronostica de la condición, en la toma de decisiones clínicas y de tratamiento, así como en la definición del seguimiento [49].
El objetivo principal de este estudio fue validar el VHI y su versión abreviada (VHI-10), adaptadas al español rioplatense de Argentina. Los objetivos específicos fueron valorar la fiabilidad y la validez de los instrumentos adaptados.
Métodos
Adaptación cultural
Previo a iniciar con el proceso de adaptación cultural, se obtuvo mediante correo electrónico el permiso de uno de los coautores del VHI original [1]. Una vez obtenido, se inició el proceso de adaptación del VHI al español rioplatense de Argentina, recurriendo a las técnicas de traducción directa, síntesis, retrotraducción y pilotaje. El español rioplatense es la variante del español que se habla en la región del Río de la Plata, la cual engloba tanto a Argentina como a Uruguay. La adaptación al español rioplatense se realizó en la provincia de Buenos Aires de la República Argentina y refleja, por tanto, las particularidades culturales y lingüísticas de esta variante específica del español.
Dos profesionales de la traducción (traductores públicos) realizaron de forma independiente traducciones directas (inglés a español) de todo el instrumento, incluyendo título, consignas, ítems y notas. Ambos traductores fueron previamente informados del alcance y las características del instrumento y la investigación, con el objetivo de lograr traducciones conceptuales y no lineales. Así mismo, contaban con experiencia en procesos de adaptación de PROMs. Dichas traducciones directas fueron luego debatidas por los dos traductores y la autora principal de esta investigación (Dra. en Fonoaudiología), logrando una versión síntesis o versión preliminar 1 (VP1). La VP1 se tradujo nuevamente al idioma inglés (retrotraducción) por un tercer traductor público que no participó de la etapa previa. A continuación, se comparó la versión retrotraducida con el VHI original, para determinar, con la participación de un cuarto traductor, la existencia de equivalencia semántica. Al confirmarse la equivalencia semántica, la VP1 fue testeada en un grupo piloto de sujetos disfónicos.
Los sujetos que participaron del pilotaje se seleccionaron mediante un muestreo de tipo no probabilístico, por conveniencia. En tal sentido, se convocó a participar a individuos que asistieron a consulta fonoaudiológica en calidad de pacientes. Estos eran mayores de 18 años y presentaban disfonía y queja vocal, con diagnóstico médico realizado mediante endoscopía laríngea por un médico otorrinolaringólogo (ORL). Todos accedieron a participar de la investigación con la correspondiente firma del consentimiento informado.
El grupo piloto completó el índice de treinta ítems y autoevaluó la severidad de su disfonía de una escala de 0 (normal) a 3 (severa). Posteriormente, cada participante fue consultado sobre la existencia de alguna dificultad durante su llenado y la comprensión y claridad de los ítems, con el objetivo de detectar la necesidad de generar alguna modificación en la VP1.
Validación del VHI-30 y VHI-10
Una vez obtenida la versión final del instrumento adaptado, se procedió a la etapa de validación. Se validó en una primera instancia la adaptación del VHI-30, seguido del VHI-10, utilizando muestras independientes para cada uno de los instrumentos, con los mismos criterios de inclusión y exclusión.
La población estudiada se obtuvo en el período comprendido entre enero 2021 y septiembre 2022, en el consultorio fonoaudiológico privado de la autora principal (provincia de Buenos Aires, Argentina). El muestreo fue de tipo no probabilístico, por conveniencia. Se constituyeron dos grupos, uno de estudio y otro de control, para la validación de cada instrumento. En el grupo de estudio se incluyeron individuos mayores de 18 años que voluntariamente aceptaron participar de la investigación al asistir a consulta de atención fonoaudiológica. Todos presentaban disfonía y queja vocal y contaban con diagnóstico laríngeo realizado por un médico ORL.
Se excluyeron del grupo de estudio a los individuos que estaban bajo tratamiento de voz (ya sea fonoaudiológico y/o medicamentoso) en el momento de la evaluación, así como a quienes informaron alteraciones cognitivas, dificultades perceptuales o de lectoescritura que pudieran interferir en el llenado preciso del instrumento. Asimismo, se excluyeron sujetos cuya lengua materna no era el español rioplatense.
En cuanto al grupo control, se incorporaron sujetos con voces normales y ausencia de queja vocal, que asistieron al consultorio fonoaudiológico en calidad de acompañantes y que accedieron de forma voluntaria a participar en el estudio. Fueron excluidos de este grupo aquellos con antecedentes de disfonía quienes manifestaron quejas vocales en el momento de la evaluación, individuos que recibieron previamente terapia fonoaudiológica o tratamiento médico/quirúrgico por problemas vocales y aquellos cuya lengua materna no era el español rioplatense.
Todos los participantes de la investigación (tanto del grupo de estudio como control) firmaron el consentimiento informado, realizaron el llenado del protocolo VHI-30 o VHI-10 adaptado, según les correspondiera, y autoevaluaron la severidad de su disfonía en una escala visual analógica de 0 (normal) a 3 (severa).
Algunos de los participantes completaron nuevamente el instrumento después de un período de 7 a 14 días, durante el cual no recibieron ningún tipo de intervención vocal.
En base al diagnóstico médico proporcionado por el ORL, se clasificó a cada sujeto en uno de los siguientes grupos:
Disfonía funcional: en este grupo se incluyeron los individuos cuyo examen laríngeo no evidenció alteración estructural de pliegues vocales y cuya alteración vocal se encontraba relacionada al uso o comportamiento vocal, incorrecto y/o abusivo.
Disfonía orgánico-funcional: aquí se agruparon a participantes que presentaron lesiones laríngeas secundarias a un desorden del comportamiento vocal (nódulos, pólipos, edemas cordales, pseudoquistes, algunas úlceras de contacto, granulomas y leucoplasias de pliegues vocales).
Disfonía orgánica: se clasificaron en este grupo a los sujetos con disfonías de origen congénito (laringomalasia, sinequias congénitas y alteraciones estructurales mínimas) o adquirido como las de índole neurológico (Parkinson, distonías laríngeas, temblor esencial), parálisis y paresias de cuerda vocal, hematomas cordales, edema de Reinke, sinequias, papilomatosis respiratoria recurrente (PRR), leucoplasias, carcinoma laríngeo y cicatriz de cuerda vocal.
Análisis estadístico
Los datos recopilados de los índices completados por cada participante en la investigación se registraron inicialmente en una base de datos de Microsoft Excel (versión 18.1) y posteriormente se procesaron utilizando el software estadístico Stata 14.1, en el que se llevaron a cabo las pruebas estadísticas con un nivel de significancia establecido en 0,05.
Para describir la muestra y los puntajes obtenidos en los instrumentos, se empleó estadística descriptiva de los datos. En relación a la fiabilidad del instrumento, se evaluó mediante el cálculo del coeficiente alfa de Cronbach para analizar la consistencia interna. También se utilizaron los métodos de concordancia de Bland-Altman, el Coeficiente de Correlación Intraclase (CCI) y el coeficiente de concordancia de Lin, junto con el coeficiente de correlación de Spearman, para evaluar la estabilidad test-retest.
En cuanto a la validez de criterio, se aplicó el coeficiente de correlación de Spearman para evaluar la validez concomitante. Esto implicó correlacionar los puntajes totales obtenidos por los participantes en el índice con la puntuación del grado de severidad autopercibida de la disfonía (0 a 3).
En lo que respecta a la validez de constructo, se evaluó la capacidad de los instrumentos para distinguir entre individuos con disfonía y aquellos con voz normal (validez discriminante). Esto se llevó a cabo comparando los puntajes obtenidos por el grupo de estudio y el grupo de control mediante la prueba de Mann-Whitney. Además, se realizó un análisis factorial para determinar si los factores establecidos a priori en el cuestionario original se mantenían en el VHI-30 adaptado al español rioplatense. Para ello, se realizó un Análisis de Componentes Principales con rotación ortogonal Varimax.
Resultados
Adaptación cultural del VHI al español rioplatense de Argentina
Durante la etapa de síntesis, se plantearon desafíos mayormente en la adaptación cultural de los términos creaky, to strain y handicapped, pertenecientes a los ítems 13, 14, y 25, respectivamente. Los mismo fueron resueltos en dicha etapa a partir del acuerdo de las tres partes involucradas (dos traductores y una Dra. en Fonoaudiología), constituyéndose la VP1.
Se decidió traducir creaky (ítem 13: “My voice sounds creaky and dry”) como “ronca”, por entender que hace alusión a la presencia de componente de ruido en la emisión vocal, sin existir una traducción directa de creaky que pueda relacionarse o se utilice al hacer referencia a la voz humana. Respecto a to strain (ítem 14: “I feel as though I have to strain to produce voice”), se optó por utilizar “hacer fuerza” y no “esforzar”, por la necesidad de diferenciarlo del ítem 20 (“I use a great deal of effort to speak”). Mientras que claramente el ítem 20 hace referencia al esfuerzo percibido por los pacientes con disfonía al fonar, el ítem 14 expone la sensación de la producción vocal como algo forzoso y trabajoso. En última instancia, se decidió traducir handicapped (E15: “My voice makes me feel handicapped”) como “desventaja” y no como minusvalía, tal como postula la clasificación de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDD) [50], que imperaba cuando el VHI fue diseñado. “Desventaja” es una de las posibles traducciones de handicap. Por otro lado, la minusvalía (entendida por la CIDD) se define como “la situación de desventaja en la que se encuentra un individuo, como consecuencia de una deficiencia o discapacidad […]” [50 p29]. En función de esto se decidió adaptar el ítem como “Mi voz me hace sentir en desventaja” y utilizar el mismo criterio para el título del instrumento.
Las subescalas del VHI original (functional, physical, and emotional) fueron adaptadas como “funcional”, “orgánica” y “emocional”, por lo que las letras que preceden a cada ítem del índice adaptado son F, O y E, según corresponda.
La retrotraducción de la VP1 permitió confirmar la equivalencia semántica del instrumento adaptado con el original, por lo que no se realizaron modificaciones en dicha versión y se procedió a la instancia de pilotaje.
Participaron del grupo piloto tres mujeres y dos hombres con una edad media de 35,2 años, quienes obtuvieron un puntaje medio en el instrumento adaptado de 39,8 puntos (rango = 3 a 76) y autoevaluaron su disfonía con una media de 1,6 (rango = 1 a 3).
Ninguno de ellos manifestó inconveniente en la comprensión de la consigna, de los ítems o de términos aislados. En cuanto a la pertinencia de los ítems, los sujetos manifestaron considerar todos los ítems válidos e incluso representativos de la realidad de su cotidianeidad con su problema de voz.
A partir de los resultados positivos obtenidos con la aplicación de la VP1 en el grupo piloto, esta se consolidó finalmente como la versión final del instrumento (ver Anexo 1). La adaptación del VHI al español rioplatense de Argentina fue titulada “Índice de Desventaja Vocal” (IDV). En el Anexo 2 se expone el IDV-10.
Validación del IDV-30 e IDV-10
Participaron de la validación del IDV-30 un total de 213 sujetos y 113 para el IDV-10. En la Tabla 1 pueden observarse los datos demográficos de la muestra utilizada para la validación de cada instrumento. No se hallaron diferencias estadísticamente significativas en la distribución de los grupos de estudio y control en cuanto al género ni a la edad en ninguna de las muestras.
Total n (%) | Mujeres n (%) | Hombres n (%) | Edad Media ± DE | ||
---|---|---|---|---|---|
IDV-30 | Grupo de estudio | 123 (100%) | 95 (77,24%) | 28 (22,76%) | 40,60 ± 15 |
Disfonía funcional | 60 (48,78%) | ||||
Disfonía orgánico-funcional | 42 (34,15 %) | ||||
Disfonía orgánica | 21 (17,07%) | ||||
Grupo control | 90 (100%) | 74 (82,22%) | 16 (17,78%) | 38,04 ± 11,45 | |
IDV-10 | Grupo de estudio | 63 (100%) | 42 (66,67%) | 21 (33,33%) | 42,16 ± 15,33 |
Disfonía funcional | 29 (46%) | ||||
Disfonía orgánico-funcional | 24 (38 %) | ||||
Disfonía orgánica | 10 (16%) | ||||
Grupo control | 50 (100%) | 37 (74%) | 13 (26%) | 39,42 ± 11,55 |
Nota. DE= Desvío Estándar.
Fiabilidad del IDV-30 e IDV-10
Consistencia interna
El coeficiente de alfa de Cronbach arrojó un valor de 0,96 para el IDV-30 total y de 0,91, 0,93 y 0,88 para las subescalas funcional, orgánica y emocional, respectivamente. Para el IDV-10, el valor de alfa fue de 0,92.
Estabilidad test-retest
Un total de 121 sujetos realizaron un segundo llenado del IDV-30, en un intervalo promedio entre el primer (test) y segundo (retest) de 8,40 días (rango = 7 a 14 días). Por su parte, 61 sujetos llenaron en dos instancias el IDV-10, con un intervalo medio de 7,74 días (rango = 7 a 14 días).
En la Tabla 2 pueden observarse los valores medios obtenidos por los participantes en cada instancia de llenado para ambos instrumentos. Se presentan los resultados de la prueba de Bland-Altman en los Gráficos 1 y 2 para el IDV-30 e IDV-10, respectivamente. Para el puntaje total la diferencia de medias en el IDV-30 fue de 1,46 (DE ± 6,49) y en el IDV-10 de 0,48 (DE ± 3,03).
Media IDV-30 ± DE | Media IDV-10 ± DE | |
---|---|---|
Test | 21,59 ± 21,47 | 11,05 ± 11,45 |
Retest | 20,13 ± 21,54 | 10,57 ± 11,45 |
Nota. DE = Desvío estándar.
De forma complementaria a la prueba de Bland-Altman, se calculó el coeficiente de concordancia de Lin, el CCI y el coeficiente de correlación de Spearman. Los resultados pueden observarse en la Tabla 3.
Propiedades Psicométricas del “Índice de Desventaja Vocal” | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
(Adaptación al español rioplatense de Argentina del Voice Handicap Index) | ||||||||
Fiabilidad | Validez | |||||||
Consistencia interna | Estabilidad Test-Retest | De criterio: concomitante | Validez de constructo | |||||
Alfa de Cronbach (α) | CCI a (IC 95%) | Rho de Spearman | Concordancia de Lin b | Rho de Spearman | Validez discriminante | Análisis factorial | ||
IDV-30 | IDV-30 Total | 0,96 | 0,95 (0,93 - 0,97). | 0,95 | 0,95 | 0,85 (p<0,05) | GE puntajes significativamente mayores que el GC c (p < 0,001) | 3 factores acumulan el 87% de la varianza |
Subescala funcional | 0,91 | - | - | - | - | - | - | |
Subescala física | 0,93 | - | - | - | - | - | - | |
Subescala emocional | 0,88 | - | - | - | - | - | - | |
IDV-10 | IDV-10 Total | 0,92 | 0,96 (0,94 - 0,98) | 0,98 | 0,96 | 0,85 (p<0,05) | GE puntajes significativamente mayores que el GC c (p < 0,001) | 1 factor acumula el 86% de la varianza |
Notas. GE: Grupo de Estudio; GC: Grupo Control. Significancia estadística: p<0,05; aCoeficiente de Correlación Intraclase; bCoeficiente de Concordancia de Lin; cPrueba de Mann-Whitney.
Validez del IDV-30 e IDV-10
Validez de criterio (validez concomitante)
Se evidenció una correlación positiva alta entre el grado de severidad de la disfonía autoevaluada por los participantes y el puntaje obtenido en el IDV-30 e IDV-10. Así mismo, se halló diferencia estadísticamente significativa al comparar los puntajes obtenidos por cada grupo (autoevaluación de la disfonía normal, leve, moderada o severa) en ambos instrumentos (ver Tabla 4).
Validez de constructo (validez discriminante)
El grupo de estudio presentó un puntaje total promedio en el IDV-30 e IDV-10 mayor que el grupo control, evidenciándose diferencia estadísticamente significativa (p < 0,001). En el Gráfico 3 se pueden observar las medias del grupo de estudio y grupo control, con sus respectivos desvíos estándar.
Validez de constructo (análisis factorial)
Mediante el método de Análisis de Componentes Principales se encontraron tres factores en el IDV-30 con valores propios (eigenvalues) que superaban la unidad y explicaban el 87% de la varianza. En la Tabla 5 se observa la matriz de componentes rotados y los ítems que saturan en cada dimensión.
VARIABLE | FACTOR1 | FACTOR2 | FACTOR3 | UNIQUENESS |
---|---|---|---|---|
F1 | 0,4037 | 0,2522 | 0,5816 | 0,4351 |
O2 | 0,552 | 0,0359 | 0,3611 | 0,5636 |
F3 | 0,4506 | 0,2708 | 0,6095 | 0,352 |
O4 | 0,8054 | 0,1479 | 0,1612 | 0,3034 |
F5 | 0,3916 | 0,3307 | 0,5644 | 0,4188 |
F6 | 0,2196 | 0,4279 | 0,4312 | 0,5827 |
E7 | 0,5077 | 0,4946 | 0,361 | 0,3672 |
F8 | 0,2715 | 0,7451 | 0,2354 | 0,3157 |
E9 | 0,1523 | 0,2899 | 0,3539 | 0,7675 |
O10 | 0,6274 | 0,309 | 0,2084 | 0,4675 |
F11 | 0,2771 | 0,7581 | 0,2627 | 0,2795 |
F12 | 0,4012 | 0,2008 | 0,5917 | 0,4486 |
O13 | 0,6419 | 0,3185 | 0,0202 | 0,4861 |
O14 | 0,8517 | 0,2092 | 0,1345 | 0,2128 |
E15 | 0,4333 | 0,4494 | 0,2325 | 0,5562 |
F16 | 0,4683 | 0,6779 | 0,1764 | 0,2899 |
O17 | 0,5855 | 0,3018 | 0,3076 | 0,4715 |
O18 | 0,4743 | 0,1876 | 0,412 | 0,5701 |
F19 | 0,2044 | 0,6584 | 0,2211 | 0,4758 |
O20 | 0,8088 | 0,2192 | 0,2331 | 0,2435 |
O21 | 0,8622 | 0,213 | 0,0687 | 0,2065 |
F22 | 0,2523 | 0,5611 | 0,0501 | 0,619 |
E23 | 0,6223 | 0,4978 | 0,0869 | 0,3573 |
E24 | 0,1947 | 0,8205 | 0,2103 | 0,2446 |
E25 | 0,4388 | 0,6284 | 0,1189 | 0,3984 |
O26 | 0,6699 | 0,2214 | 0,3447 | 0,3834 |
E27 | 0,0913 | 0,3217 | 0,6088 | 0,5175 |
E28 | 0,0349 | 0,3872 | 0,6232 | 0,4604 |
E29 | 0,1591 | 0,7317 | 0,152 | 0,4161 |
E30 | 0,1105 | 0,5388 | 0,3449 | 0,5786 |
Respecto al IDV-10, se encontró un factor con valor propio que superaba la unidad y explicaban el 86% de la varianza. Los ítems correlacionaron con dicho factor en un rango de 0,55 a 0,83.
Discusión
Como fue descripto, el VHI, tanto en su versión original como abreviada, ha sido adaptado y validado a muchos idiomas. Sin embargo, son escasas las adaptaciones realizadas a habla hispana. El VHI-30 ha sido adaptado y validado únicamente al español de España [7], mientras que el VHI-10 cuenta con adaptación y validación al español de España y de Colombia [7,43]. Ha sido publicada la adaptación chilena del VHI, pero aún no han sido reportados sus datos de validación [51].
Durante el proceso de adaptación al español rioplatense de Argentina se presentaron desafíos en la fase de síntesis, especialmente en la adaptación de los ítems 13, 14 y 25. Estos ítems también fueron señalados como problemáticos por autores de otras versiones adaptadas [8,11,12,14,43]. La adaptación brasileña del VHI [14] también utilizó el término “desventaja” tanto en el ítem 25 como al adaptar el título del instrumento. Más recientemente, la versión chilena adoptó la misma terminología [51].
El objetivo principal de nuestro estudio fue validar el VHI y su versión abreviada (VHI-10), adaptadas al español rioplatense. Los objetivos específicos fueron valorar la fiabilidad y la validez de los instrumentos adaptados. Para lograrlo, en esta investigación se optó por utilizar muestras independientes para validar cada instrumento, ya que se consideraron herramientas independientes, sólidamente consolidadas en sí mismas. Esta elección contrasta con la metodología empleada por los autores de otras versiones del VHI-10, quienes analizaron sus propiedades psicométricas utilizando las respuestas de los diez ítems en cuestión, habiendo sido las mismas proporcionadas por individuos que habían completado previamente el VHI-30 [6,7,33,35,40].
En la Tabla 3 se expresan los resultados obtenidos al valorar las propiedades psicométricas de fiabilidad y validez tanto del IDV-30 e IDV-10. En cuanto la fiabilidad, se observó que ambos instrumentos mostraron un nivel de consistencia interna excelente (α > 0,90). Al calcular el coeficiente alfa de Cronbach para cada subescala del IDV-30, se obtuvieron valores compatibles con nivel de consistencia interna excelente (α > 0,90) para las subescalas funcional y orgánica y bueno (α = 0,80 - 0,90) para la subescala emocional. Estos resultados coinciden con los hallazgos de las versiones originales y con la mayoría de las otras versiones validadas, en las cuales los instrumentos también demostraron niveles de consistencia interna excelentes. Solo tres versiones de VHI-30 [14,21,26] y seis de las versiones del VHI-10 [7,33,34,36,41,44] presentaron un nivel de consistencia interna bueno.
Respecto a la estabilidad test-retest, en el gráfico de Bland-Altman se pudo observar cómo la mayoría de las observaciones se distribuyen dentro de los límites de acuerdo para ambos instrumentos, indicando un adecuado grado de concordancia. Tanto para el IDV-30 como el IDV-10, se obtuvo un valor que refleja una fuerza de concordancia muy buena (> 0,75) según el CCI y un grado de concordancia sustancial (0,95 - 0,99), según el coeficiente de concordancia de Lin. También se calculó el coeficiente de correlación de Spearman, el cual arrojó un valor para ambos instrumentos que indica un alto grado de correlación. En nuestra investigación se dio prioridad a los métodos de concordancia por sobre los coeficientes de correlación, ya que estos últimos no dan cuentas de la naturaleza (sistemática o aleatoria) de las diferencias entre las mediciones, lo que podría llevar a una interpretación incorrecta de los resultados. Una alta correlación no necesariamente implica la existencia de concordancia [52,53].
Al explorar la validez concomitante de ambos instrumentos, se encontró una alta correlación entre los puntajes obtenidos en ambos y la autoevaluación de los participantes en cuanto a la severidad de su disfonía. Se observó que a medida que aumentaba la autoevaluación de la severidad, también aumentaba el puntaje obtenido por los participantes tanto en el IDV-30 como el IDV-10. La utilización de la escala visual analógica mencionada se remonta a la aplicada en el diseño del VHI [1], habiendo sido esta metodología también replicada por los autores de otras versiones validadas [2,3,6,7,10,12,16,19,22,24,38,42,43], con resultados coincidentes con los de nuestro estudio.
Ambos instrumentos adaptados demostraron tener la capacidad de diferenciar entre sujetos sanos y sujetos disfónicos, dando cuenta de la validez discriminante del IDV-30 y el IDV-10. Esta validez discriminante se ha informado también de manera positiva en todas las otras versiones adaptadas y validadas del VHI-30 y del VHI-10 halladas en la literatura, a excepción de unas pocas versiones que no reportaron datos al respecto [5,8,17,34,36].
Es importante destacar que son escasas las versiones que realizaron análisis factorial durante el proceso de validación [2,6-9,15,39,43]. En nuestro estudio, se hallaron tres factores en el IDV-30. Sin embargo, se observó que la distribución de los ítems no concuerda con lo propuesto por los autores del VHI original. Aunque la correlación de los ítems de la subescala orgánica con el factor 1 es clara, la correlación de los ítems de las otras subescalas no es tan directa con los factores 2 y 3, sino que se encuentran mayormente distribuidos entre ambos. Estos resultados se asemejan a los obtenidos por la versión china [6] y la turca [8]. En cuanto al IDV-10, se encontró un solo factor y se evidenció una correlación adecuada de los ítems con dicho factor. Nuestros resultados coinciden con lo obtenido por los autores de la versión en chino tradicional [6].
Conclusiones
El Índice de Desventaja Vocal (IDV), como adaptación cultural al español rioplatense de Argentina del VHI, ha demostrado ser fiable y válido, tanto en su versión completa (IDV-30) como en su versión abreviada (IDV-10).
Este logro representa una valiosa contribución para la comunidad fonoaudiológica y otorrinolaringológica en Argentina, que se ocupa del estudio de la laringe y la función vocal. Contar con un instrumento de autorreporte (o PROM) que evalúa el impacto psicosocial de la disfonía, permitirá a los profesionales intervinientes comprender con mayor profundidad la situación de las personas con alteraciones vocales. Al integrar esta herramienta a su evaluación, podrán complementarla y arribar a un diagnóstico final más preciso. Además, la aplicación de este instrumento facilitará el diseño de planes terapéuticos más específicos e individualizados, así como la valoración del pronóstico y las expectativas del paciente. El IDV también será útil como medida de resultado, lo que permitirá realizar comparaciones entre distintas opciones terapéuticas, evaluaciones de la evolución intra e intersujeto y comparaciones con resultados obtenidos en estudios internacionales que utilicen el VHI, en sus diversas adaptaciones validadas.
Las investigaciones futuras se centrarán en ampliar la recopilación de datos en múltiples centros a nivel nacional y en explorar la sensibilidad del IDV.